Ubicada en Oranienburger Strasse, el edificio Tacheles estuvo en manos de las SS durante la II Guerra Mundial y fue utilizado para albergar a prisioneros franceses. Fue en los años 90 cuando pasó a ser ocupado por artistas que consiguieron que fuese reconocido como monumento.
Nadie puede negar que dentro hay una atmósfera muy especial, no hay rincón del edificio que no haya sido utilizado por los artistas. Son cuatro plantas de ese espíritu alternativo berlinés del que mucha gente habla. En su interior exposiciones, talleres e incluso un bar. Podemos ver a los artistas en pleno proceso creativo, comparten contigo sus obras y si deseas llevarte alguna están a disposición de los visitantes copias e incluso algún original para su compra.
Aunque he de reconocer, que en cierto modo me pareció que ese espíritu inconformista se está diluyendo. No hay duda de que sigue siendo un lugar donde toda forma de expresión es bienvenida y probablemente comprendida, pero creo que se valen de lo que fue en un comienzo, de esa idea de alternativismo, para enmascarar un negocio.
Pese a esto último la sensación que provoca es indescriptible y recomiendo que todo el que pueda vaya a visitar este sorprendente
lugar.
lugar.
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