Si preguntamos si la creatividad existe nos dirán que sí, y si les pedimos un ejemplo la mayoría nos dirán Dalí, Picasso, Beethoven, o cualquier otra personalidad relevante muerta; todos conocemos a alguna persona de nuestro entorno que por un motivo o por otro consideramos creativa, pero por alguna razón la mayoría de nosotros suele vincular la creatividad con artistas que han sido creativos, que ya han muerto.
Aunque salta a la vista que unas personas son más creativas que otras también es cierto que todos poseemos un potencial creativo. Todos poseemos esa cualidad en mayor o menor medida, que aparecerá en distintos grados según las situaiones a las que nos expongamos. Para que la creatividad se manifieste debemos encontrarnos en unas condiciones apropiadas para ello.
Un aspecto imprescindible para ser una persona creativa es tener actitud. Debemos estar motivados, rechazar el conformismo, buscar alternativas, perseguir nuestra autorrealización. La autorrealización es un factor motivante, es el impulso del individuo por actualizarse mediante la motivación. Este impulso a menudo se encuentra enterrado bajo el miedo al rechazo, obstaculizado por nuestras propias limitaciones, y lo único que necesita para salir a flote es un estímulo decisivo. Junto con la autorrealización se dice que toda persona creativa siente una necesidad de autoexpresión; una persona creativa no crea porque quiere hacerlo sino porque algo en su interior le fuerza a trabajar, necesita hacerlo, debe hacerlo. Hay diversas ideas sobre el origen de esta necesidad de autoexpresión: la necesidad de conseguir la inmortalidad, la necesidad de compartir este aspecto de su identidad con su entorno o dar vida a una idea para evitar la neurosis.
Hay muchas maneras de desarrollar la creatividad. Cada individuo puede utilizar su potencial creativo en cualquier situación vital. Las clases, tipos y modos de creatividad son tan diversos como lo son las clases, tipos y modos de actuación del ser humano.
Los resortes inconscientes que forman la personalidad creativa son muy numerosos. Pueden ser innatos o adquirirse con la experiencia, pueden estar presentes en multitud de personas o reconocerse en una persona especialmente creativa, pueden manifestarse fácilmente o ser el resultado de un gran esfuerzo creativo. Pero todos ellos se encuentran dentro de lo reconocido como creatividad y conforman una determinada personalidad creativa.
Algunos rasgos de la personalidad de los individuos creativos son: las personas creativas suelen tener una actitud abierta y flexible. Las personas creativas tienden a la complejidad, al desorden, frente a la simplicidad y a la previsibilidad. Son impulsivos, no disciplinados. Las personas creativas son poco sociables pero con seguridad y valentía ante el grupo social, más independientes en sus juicios en oposición a las actitudes dóciles y manejables. Las personas creativas se manifiestan contra las limitaciones, no aceptan las cosas como son, pretenden mejorarlas, en oposición a las actitudes conformistas. Las personas creativas suelen tener un sentido superior de la belleza. Muchos de ellos son poco estables emocionalmente y dependientes del reconocimientos. En ocasiones estos rasgos les conducen al bloqueo.
"La creatividad viene de la confianza. Confiar en tus instintos y nunca esperar más que tu trabajo" Marrón de Rita Mae.
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